martes, 30 de julio de 2019

LA FLOR DOLIENTE Y LA DIÁSPORA EXPECTANTE


Shirley Arnao -Shishi.
La flor doliente y la diáspora expectante.
Chimó, clorofila y azafrán sobre papel Fabriano.
0,70 x 1 mt.
2019.

La flor doliente y la diáspora expectante


Caminantes de nuevos rumbos, 
andantes de mil caminos,
redibujan su destino
y se esparcen por el mundo. 
Como astros vagabundos
inundan cielos lejanos, 
¡migrantes venezolanos! 
con un dolor muy profundo. 

Dejan atrás sus huertos, 
sus terruños, sus amores, 
y empacados mil temores 
llevan también un desierto. 
Les espera un norte incierto, 
vacíos van sus regazos;
hijos vivos, hijos muertos,
imposible es ya un abrazo.

¿Dónde queda la patria y su flor? 
¿Dónde yace el valor de su escudo? 
¿Cuánto más su pecho desnudo
herirá el puñal agresor? 
Más allá de todo el dolor, 
la añoranza y el sufrimiento, 
llegará un día el momento 
de retornar al amor. 

Cuando cada migrante vuelva
de su admirable campaña, 
lo estará esperando su selva, 
su valle, su mar, su montaña. 
Lo estará esperando su río, 
su llano, su fiel sabana,
la orquídea sobreviviente
que sueña un mejor mañana.

Convirtiendo el duelo en gloria, 
con un nuevo pensamiento, 
el más puro sentimiento 
cambiará nuestra historia. 
Y la diáspora en victoria 
volverá al tocar la diana 
para hacer nuevas memorias... 
¡en tierra venezolana!

                                Shirley Arnao.

domingo, 16 de diciembre de 2018

RIBERAS DE MELANCOLÍA

Aníbal Martino.
Riberas de melancolía.
Óleo sobre tela.
90 x 120 cms.
2014.
El paraíso perdido


Tiempos de ensoñación
forjaron nuestras esperanzas,
tiempos de inocencia
acompañaron nuestro encuentro.
Como niños, al tiempo no temimos,
como aves, el cielo hicimos nuestro;
nunca hasta ahora medimos
de la vida la tardanza,
nunca tuvimos conciencia
del destino o del azar.

¿Algo podría pasar
que aniquile el simple sueño
bien dormidos,
bien despiertos,
de volvernos a encontrar?
Esos tiempos ya vividos,
tiempos felices de otrora,
son sólo añoranzas ahora.
¡Cómo quisiera robarlos
del pasado que se ha ido!

Tu paciencia y mi templanza
son las hiedras trepadoras
que hoy se ciñen a los leños
abrasados por las llamas
de recuerdos que ahora lloran.
Tal vez nunca vuelva a verte,
tal vez todo se ha perdido,
tal vez nunca fuimos dueños
de aquel edén escondido.

Pero aun en la penumbra
nuestro amor es tan fuerte
que más allá de la muerte,
la distancia o el tiempo,
donde el alma se encumbra,
donde todo es presente,
donde no existe el olvido,
seremos de nuevo los dueños
del paraíso perdido.


                   Shirley Arnao.


domingo, 2 de diciembre de 2018

DORADA ADOLESCENCIA




Aníbal Martino.
Dorada adolescencia.
Óleo sobre. lienzo.
60 x 90 cms.
2018.
Loa a tus ojos


De tu alma son los espejos,
de tu espíritu el balcón
donde asomas la pasión
que la mente me trasquila,
pues me tienen tus pupilas
chiquitico el corazón.

Soneto de mi canción
son tus ojos primorosos,
de un fulgor ocre verdoso
con retoques de canela,
¡brisa suave que se cuela
entre vientos tempestuosos!

Transparencia que acaricia,
claridad de sol y luna,
inmensidad de laguna
en tu mirada reflejas,
¡qué envidia me dan tus cejas
por guardar tanta fortuna!

Es por eso, tu mirada
-amalgama de oro y cuarzo-
en el alma me la engarzo,
pues me llenas de embelesos,
cuando me miras con esos
“…ojos de candela en marzo…”


        Aníbal Martino.



lunes, 22 de octubre de 2018

DERECHO DE PERNADA


Shirley Arnao (Shishi).
Derecho de pernada.
Óleo sobre tela.
70x55 cms.
2012.

Pasión de una lágrima

En sus comienzos, una vaporosa carga de estremecimientos y ahogo se expresa en un inevitable ardor envuelto en húmeda contención. Excitada tal vez por una palabra, un pensamiento, un recuerdo… el vapor se condensa y la carga es mayor. Ahora es imposible detener las olas en la bahía. Se escurre y se deja caer, se desplaza silenciosa y rápida, huye en loca carrera, en libertad, desnudez y rebeldía. 

Halla su primer encuentro con la almohada, una hoja de papel, la camisa de un buen amigo, el propio abdomen de quien la llora o sus avergonzados dedos. Empero, destruída como gota, sigue existiendo como lágrima. Sigue húmeda, ahí donde ha caído, gritando de emancipado dolor. 

Se inicia entonces su agonía, su martirizada muerte. Se imagina su desvanecimiento como un hecho inútil, tan inútil como su nacimiento mismo. Más tarde se entrega al delirio, a la desesperación. ¡Se está secando! …Y quisiera renegar de la tristeza que la produjo, ¡quisiera ser una heroica lágrima de alegría..! …Pero la frustración de no serlo la ridiculiza y se acelera su angustia. Se hace más rebelde… no quiere desaparecer y al mismo tiempo se niega a sí misma. 

Implacables segundos la extinguen, se pierde en el aire, se eleva, se ríe… muere. 

Está seca, pero viva en su razón de ser; ha contribuido a la huida del dolor, del odio, de la soledad y el vacío. Ahora es de gran valor… es pura, sutil, sublime.

Shirley Arnao.



domingo, 21 de octubre de 2018

EL DIÁLOGO DE LAS LUCES



Aníbal Martino.
El diálogo de las luces.
Óleo sobre lienzo.
60x120 cms.
2017.
Yo te he visto 

En el rostro sosegado 
de un joven enamorado 
vi tus ojos al pasar; 
en las aves cantarinas 
y en la nubes peregrinas 
te he visto el cielo surcar. 

En los versos del poeta 
te he visto mostrar tus dones, 
y el pintor en su paleta 
refleja en sus verdes, grises, 
azules y bermellones, 
tu creación, y le bendices 
entre trazos e impresiones, 
entre aguadas y matices. 

En la anciana cariñosa 
que con manos temblorosas 
ya no hace más que tejer, 
para hilvanarle los sueños 
a sus nietos pedigüeños 
que la abordan por doquier. 

Yo te he visto en la espesura 
de la selva que domina 
con sus brazos la llanura 
cual si la fuera a besar; 
y en las alturas andinas, 
donde el limpio susurrar 
de la brisa pueblerina 
casi me invita a soñar. 

En el verdor de las plantas 
he visto tus manos santas 
convertidas en rocío; 
y en la blanca luna llena, 
cuando se mira serena 
en el espejo del río. 

En la magia del cariño, 
donde tu fuerza doblega 
la tristeza de aquel niño 
que vive con desamor; 
en la fe que no reniega 
ante el peso del dolor, 
en el amor y en la entrega 
¡yo te he visto mi Señor!

                Aníbal Martino.

sábado, 20 de octubre de 2018

ECLIPSE



Shirley Arnao (Shishi).
Eclipse.
Técnica mixta.
29x22 cms.
2018.




























Adoración

Te contemplé como a una flor en su despertar
y proyecté tu mirada más allá de su destino.
Te elevé hasta la cima de mis sueños
y te dejé al cuidado de mi sonrisa.
Hice de tus manos un monumento de paz
y de tus labios un refugio, 
hice de tus palabras un símbolo de fuerza
y de tu amor un crimen.

Te eché al vuelo de la libertad
y agónico rodaste por mis abismos,
rebelde y preso
de mi frente sobre tus pies.
Te amé ayer como a un niño.
Hoy te destruyo como a un dios.

              Shirley Arnao.


EL BESO


Shirley Arnao (Shishi).
El beso.
Acrílico sobre lienzo.
60x90 cms.
2018.
Primera vez

Es la primera vez que amanece, 
que cae la lluvia, 
que el sol sale. 
Por primera vez la luna mengua, 
bate la brisa, 
…y el tiempo pasa. 

Hoy construye su primer nido 
en un árbol el pájaro espino; 
hoy nace la espuma del mar 
en las crestas del lecho marino. 

Es la primera vez de mi piel, 
de mis manos y de mi boca, 
de mi risa y de mi llanto, 
que sin pena de muerte 
ni castigo, 
ni a causa de la suerte, 
el amor me toca. 

Has llegado el primero a mí; 
me has amado primero que nadie. 
Has hecho el alba, el sol y la lluvia, 
la luna, la brisa 
…y el tiempo que pasa. 

Eres mi nido, mi lecho, 
y de mi cuerpo la casa, 
mi paz, mi destino, mi fe; 
…y lo primero que espero 
una vez que te marchas. 

Contigo el olvido y el comienzo. 
Contigo todo es primera vez.

      Shirley Arnao.

POLICROMÍA FLUVIAL


Aníbal Martino.
Policromía fluvial.
Óleo sobre tela.
60 x 90 cms.
2015
El río

Trinar de aves postrero,
rumor de aguas correr,
remanso de atardecer,
te enaltecen, río llanero.
Ante ti, la esplendidez
de un gran paisaje invernal
invita a todo mortal
a compartir tu altivez.

El Creador-artista fiel-
con los retazos de sol
va pintando un arrebol
con su divino pincel.
Y tus aguas complacientes,
al percibir los colores
los recoge, y de fulgores
se va vistiendo el ambiente.

Una garza peregrina,
ya cansada de volar,
se dispone a descansar
sobre una rama muy fina.
Parece, tras aquel vuelo
-a la primera impresión-
una mota de algodón
que se ha caído del cielo.

Más allá, casi con celo,
un niño muestra contento
su bien ganado sustento
en la punta de un anzuelo.
Escena que no es extraña,
pues ya se hace rutinario
así ganarse el pan diario
que guardas en tus entrañas.

Oh, río hermoso, que fraguas
en tu serpiente voraz
leyendas que hoy y jamás
podrán borrar de tus aguas.
En tu cauce tan discreto
parece que en lenta calma,
van cobijando las almas
quién sabe cuántos secretos.

Y bajo la verde umbría
que tus aguas casi besa,
hoy te entrego mi tristeza,
tú me das melancolía,
pues siento que en cierto modo
mi paz como tu agua fluye,
como corriente que huye
y nunca escapa del todo.

              Aníbal Martino.

LA VIEJA CASA DEL HATO


Aníbal Martino.
La vieja casa del hato.
Óleo sobre lienzo.
75 x 100 cms.
2000.
La vieja casa del hato

Sigues pertinaz en tu errado empeño
de luchar contra el terco devenir,
deseando, quizás, como en un ensueño,
ser la sempiterna y jamás morir.
Yaces ahí, olvidada, sin dueño,
desvencijada y sin poder fingir
que tu primacía perdió su gloria,
y traspasó ya el umbral de la historia.

Venciste al avatar con tu templanza,
al aluvión jamás diste esperanza,
ni la cuita albergó en tus corrales.
Hoy tú, vieja y descuajada alquería,
eres solo una triste alegoría
de tus reminiscencias ancestrales.

Están aún los largos corredores,
silentes cómplices de mis mejores
y sagrados recuerdos vivenciales.
De la quiquila y su amplia enramada,
que de sombras inundaba la entrada,
quedan sólo vestigios otoñales.

Guarda ahí el viejo caney de los peones
vivencias de un ayer que fue glorioso,
testigo fue de cuentos y canciones,
de jergas y juegos amistosos.

Y tantas veces, como cual hechizo,
cada vez que visito aquel erial,
desde lejos siento que diviso
la tierna figura de don Pascual.


          Aníbal Martino.

viernes, 19 de octubre de 2018

EPISODIOS DE UNA HISTORIA IMPLACABLE


Shirley Arnao (Shishi).
Episodios de una historia implacable.
Óleo sobre tela.
70x55 cms.
2017.

El anuncio de la luz.

Desde lejos y más allá se escuchan voces; 
desde la muerte, desde el exilio, desde la historia,
desde el Panteón Nacional. 
Para algunos, lejos y más allá está la voz de la conciencia… 
para muchos otros, esta voz es un grito desesperado, 
frecuente, constante, cercano… y hasta propio. 

La historia, como el tiempo, es implacable. 
La historia NO nos absolverá. 
Nos golpeará en el rostro, 
ya sea que la conozcamos o no; 
y golpeará a nuestros hijos, y a los hijos de nuestros hijos 
cuando ya no estemos aquí. 

Idólatras y posesos de una llama extinta y sin calor 
que besan con lujuria esas bocas imaginarias 
tatuadas en sus manos; 
labios pintados de sangre que enmarcan la sonrisa 
de unos dientes agudos, 
hechos con los huesos de mil promesas muertas… 
¡Silencio, que el gallo canta! 
Las sombras que hoy rigen sólo anuncian la luz, 
y las voces que hoy claman dignificarán un día el silencio. 

Shirley Arnao.


EL ÚLTIMO MINUTO



Shishi.
El último minuto.
Técnica mixta.
50x70 cms.
2018.
Eternidad

Cuando ya no exista más que mi fluido 
flotando sobre tu frente 
como si fueran mis manos; 
cuando ya no haya 
más que un prolongado suspiro, 
el último en los labios 
que te besaron hasta sin tocarte; 
cuando ya no haya más 
que una llovizna sombre tus hombros 
y una voz acariciando tus sentidos, 
hallarás en la flor marchita 
la promesa del roble, 
la continuación de lo que has amado. 

Cuando, sutil entre mi pecho se pierda 
mi última palabra, ya carente de quebrantos, 
y en mis ojos los tuyos ya no pueden mirarse 
un amor más sublime habré de entregarte. 
Cuando ya no haya risa 
tampoco habrá llanto, 
y en el silencio 
de nuevo mi amor será tuyo, 
como lo fuera mi cuerpo 
sujeto al cansancio. 
Estaré donde quieras 
como siempre, esperando. 
Esta vez mi tiempo es eterno, 
¡te he esperado ya tanto!

            Shirley Arnao.

DECLARACIÓN JURADA DE UN TESTIGO PRESENCIAL







Shirley Arnao (Shishi).
Declaración jurada de un testigo presencial.
Chimó, azafrán y onoto sobre cartulina. 
50x70 cms. 
2018.

Yo estaba ahí cuando se rompieron esos corazones. También el mío caía desgajado sobre el suelo, en un coro de llantos y silencios que se ha extendido por años en un macabro estribillo. Los que se van... los que se quedan. Hay fragmentos de latidos en todas partes. 

Yo estaba ahí cuando los primeros caídos se fueron para siempre sin despedirse. Vi cuando los verdugos acariciaban sus cuchillas sonrientes mientras los reos rebeldes forcejeaban; vi que algunos no creyeron en la nefasta profecía; otros, confundidos, se resignaron apostando a la fe; otros se postraron y entregaron con premura su libre determinación a cambio de un respiro.

Yo escuché los gritos y las oraciones, algunos provenían de mí. Sé de las aves que lloran su socavada selva y sé de los barcos que en silencio se hunden. Sé que gente sin alma extrae de la tierra profunda un néctar vital, y con éste riega tierras extrañas e infértiles que sólo dan piedras mudas y sordas destinadas a lapidar. Sin reparo ni pudor también salpican estas lajas con nuestra sangre y nuestro llanto.

Doy fe, su señoría, de la libertad interior de muchos presos; y también de la prisión de muchos cuerpos libres que esclavizados deambulan por las calles. Sí, yo estuve ahí cuando la cadena cayó con su grillete junto a una bolsa de alimentos para algunos, y para pocos días, y he visto cómo se pesca en río revuelto usando una credencial como carnada. Peces que sólo escamas soberanas son, con una cola muerta y una cabeza llena de dientes. He visto el vacío en la mirada de los enfermos, y he visto a los enfermos irse con su vacío.

Soy testigo, señores del jurado, de estos siniestros crímenes. Y soy testigo de muchos más. Pero también soy testigo del amor que en muchos corazones permanece. Soy testigo de la lealtad y de la buena voluntad. Soy testigo de la decencia y la solidaridad. Soy testigo de nuestra sed de justicia. Juraré con mi último aliento que los hechos son ciertos y nuestra súplica sincera.

Pido al mundo que hoy susurra en esta sala ¡que abra sus ojos! …y nos devuelva la mirada; que estreche nuestra mano y preserve nuestro aliento, pues como testigo presencial también doy fe de nuestra capacidad de agradecimiento. Venezuela vale la pena.

Shirley Arnao.


VERDORES Y REFLEJOS

Aníbal Martino.
Verdores y reflejos.
Óleo sobre tela.
60 x 120 cms.
2015.
En un recodo del caño 

Sobre el paisaje silente 
el astro rey complaciente 
surte de luces al día; 
para rendirle tributo 
la chiga hinchada de frutos 
la orilla viste de umbría. 

Un cálido embrujamiento 
llena de paz el momento, 
discurre el tiempo con calma; 
el agua fresca y terrosa 
es un hada misteriosa 
que dulcifica las almas. 

Y ese bosque ribereño 
que a los recuerdos propicia, 
es a los ojos caricia, 
preña la vida de ensueños. 

Ya que no puedo ser dueño 
de tus aguas, tus verdores, 
de tus tardes y fulgores, 
¿sabes tú qué es lo que pienso? 
Traerte a vivir a mi lienzo 
con tus formas y colores.

          Aníbal Martino.


DANZA EN EL PARAÍSO


Aníbal Martino.
Danza en el paraíso.
Óleo sobre tela.
80 x 100 cms.
2011.
Garcita blanca 


De novia siempre vestida, 
consentida; 
guirnalda de atardeceres 
eres. 
Para adornar el verano 
del llano, 
te trajo un viento lejano 
cual motita de algodón, 
confirmando la razón: 
¡consentida eres del llano!

              Aníbal Martino.


INEXTRICABLE ALTIVEZ


Aníbal Martino.
Inextricable altivez.
Óleo sobre tela.
80 x 60 cm.
2015.
Abrazo vegetal 

Mirando tu ciclópea arquitectura 
tan prendado quedo de tu hermosura 
y enmudece mi ser bajo tu umbría. 
Tus aviesas raíces y tus ramas 
en alucinante y férrea amalgama 
conforman tu gigante primacía. 

Ya el viejo samán bajo tu abrazo 
seco de savia llegó a su ocaso, 
a su vida le hiciste tanto daño; 
ahora tu muerte será estruendosa 
cuando a tu copa alta y frondosa 
al fin la abrume el peso de los años.

           Aníbal Martino.


CITA INELUDIBLE (serie: Días de lluvia)

Shirley Arnao (Shishi).
Cita ineludible. (serie: Días de lluvia).
Chimó y clorofila sobre cartulina.
22,9 x 30,5 cms.
2018.