Shirley Arnao (Shishi).
Derecho de pernada.
Óleo sobre tela.
70x55 cms.
2012.
Pasión de una lágrima
En sus comienzos, una vaporosa carga de estremecimientos y ahogo se expresa en un inevitable ardor envuelto en húmeda contención. Excitada tal vez por una palabra, un pensamiento, un recuerdo… el vapor se condensa y la carga es mayor. Ahora es imposible detener las olas en la bahía. Se escurre y se deja caer, se desplaza silenciosa y rápida, huye en loca carrera, en libertad, desnudez y rebeldía.
Halla su primer encuentro con la almohada, una hoja de papel, la camisa de un buen amigo, el propio abdomen de quien la llora o sus avergonzados dedos. Empero, destruída como gota, sigue existiendo como lágrima. Sigue húmeda, ahí donde ha caído, gritando de emancipado dolor.
Se inicia entonces su agonía, su martirizada muerte. Se imagina su desvanecimiento como un hecho inútil, tan inútil como su nacimiento mismo. Más tarde se entrega al delirio, a la desesperación. ¡Se está secando! …Y quisiera renegar de la tristeza que la produjo, ¡quisiera ser una heroica lágrima de alegría..! …Pero la frustración de no serlo la ridiculiza y se acelera su angustia. Se hace más rebelde… no quiere desaparecer y al mismo tiempo se niega a sí misma.
Implacables segundos la extinguen, se pierde en el aire, se eleva, se ríe… muere.
Está seca, pero viva en su razón de ser; ha contribuido a la huida del dolor, del odio, de la soledad y el vacío. Ahora es de gran valor… es pura, sutil, sublime.
Shirley Arnao.
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