Aníbal Martino.
Policromía fluvial.
Óleo sobre tela.
60 x 90 cms.
2015
El río
Trinar de aves postrero,
rumor de aguas correr,
remanso de atardecer,
te enaltecen, río llanero.
Ante ti, la esplendidez
de un gran paisaje invernal
invita a todo mortal
a compartir tu altivez.
El Creador-artista fiel-
con los retazos de sol
va pintando un arrebol
con su divino pincel.
Y tus aguas complacientes,
al percibir los colores
los recoge, y de fulgores
se va vistiendo el ambiente.
Una garza peregrina,
ya cansada de volar,
se dispone a descansar
sobre una rama muy fina.
Parece, tras aquel vuelo
-a la primera impresión-
una mota de algodón
que se ha caído del cielo.
Más allá, casi con celo,
un niño muestra contento
su bien ganado sustento
en la punta de un anzuelo.
Escena que no es extraña,
pues ya se hace rutinario
así ganarse el pan diario
que guardas en tus entrañas.
Oh, río hermoso, que fraguas
en tu serpiente voraz
leyendas que hoy y jamás
podrán borrar de tus aguas.
En tu cauce tan discreto
parece que en lenta calma,
van cobijando las almas
quién sabe cuántos secretos.
Y bajo la verde umbría
que tus aguas casi besa,
hoy te entrego mi tristeza,
tú me das melancolía,
pues siento que en cierto modo
mi paz como tu agua fluye,
como corriente que huye
y nunca escapa del todo.
Aníbal Martino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario