Riberas de melancolía.
Óleo sobre tela.
90 x 120 cms.
2014.
El paraíso perdido
Tiempos de
ensoñación
forjaron nuestras
esperanzas,
tiempos de
inocencia
acompañaron
nuestro encuentro.
Como niños, al
tiempo no temimos,
como aves,
el cielo hicimos nuestro;
nunca hasta
ahora medimos
de la vida
la tardanza,
nunca
tuvimos conciencia
del destino
o del azar.
¿Algo podría
pasar
que aniquile
el simple sueño
bien
dormidos,
bien despiertos,
de volvernos
a encontrar?
Esos tiempos
ya vividos,
tiempos felices
de otrora,
son sólo añoranzas
ahora.
¡Cómo
quisiera robarlos
del pasado que
se ha ido!
Tu paciencia
y mi templanza
son las
hiedras trepadoras
que hoy se
ciñen a los leños
abrasados
por las llamas
de recuerdos
que ahora lloran.
Tal vez
nunca vuelva a verte,
tal vez todo
se ha perdido,
tal vez
nunca fuimos dueños
de aquel
edén escondido.
Pero aun en
la penumbra
nuestro amor
es tan fuerte
que más allá
de la muerte,
la distancia
o el tiempo,
donde el
alma se encumbra,
donde todo
es presente,
donde no
existe el olvido,
seremos de
nuevo los dueños
del paraíso perdido.
Shirley Arnao.
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